Año: C(I). Semana del salmo: 1. Color litúrgico: Blanco.
Santas Marta, María y Lázaro
Marta era hermana de María de Betania y de Lázaro. En Occidente, su fiesta se celebra una semana después de la de Santa María Magdalena, debido a la antigua tradición, probablemente errónea, de que María Magdalena era la misma persona que la hermana de Marta.
La erudición moderna ha aclarado las cosas, Marta, María y Lázaro se celebran juntos desde 2021 en este día, que antes se asignaba sólo a Marta.
Lázaro merece una reflexión. Su resucitación forma una parte tan clave de la historia de la salvación – por eso tiene un domingo de Cuaresma dedicado a ella – que es fácil olvidarse del propio Lázaro. Pero como dice en alguna parte monseñor Ronald Knox, merece nuestra simpatía y no sólo nuestra envidia, porque no se trataba de una resurrección. Lázaro seguía siendo mortal y tenía que volver a morir en el futuro. No consta lo que pensó Lázaro al ser devuelto a la Tierra. La presencia del Señor encarnado debió de compensar el aplazamiento del Cielo, pero – en lo que se refiere a circunstancias menos dramáticas – deberíamos pensar en Lázaro cuando nos dispongamos a realizar actos espectaculares de caridad en favor de personas que no necesariamente apreciarán nuestras intervenciones.
Lázaro, el Señor encarnado, debió de compensar el aplazamiento del Cielo.
Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:
Segunda Lectura: San Agustín de Hipona (354 - 430)
Agustín nació en Thagaste, en África, de una familia bereber. Fue educado cristianamente, pero abandonó pronto la Iglesia y pasó mucho tiempo buscando seriamente la verdad, primero en la herejía maniquea, que abandonó al ver lo disparatada que era, y luego en el neoplatonismo, hasta que al final, gracias a las oraciones de su madre y a las enseñanzas de san Ambrosio de Milán, se convirtió de nuevo al cristianismo y fue bautizado en 387, poco antes de la muerte de su madre.
Agustín de Hipona.
Agustín tuvo una brillante carrera jurídica y académica, pero tras su conversión regresó a su hogar en África y llevó una vida ascética. Fue elegido obispo de Hipona y pasó 34 años cuidando de su rebaño, enseñándoles, fortaleciéndoles en la fe y protegiéndoles enérgicamente contra los errores de la época. Escribió muchísimo y dejó una huella permanente tanto en la filosofía como en la teología. Sus Confesiones, tan deslumbrantes en estilo como profundas en contenido, son un hito de la literatura universal. Las segundas lecturas del Oficio de Lecturas contienen extractos de muchos de sus sermones y comentarios y también de las Confesiones.
Color litúrgico: blanco
El blanco es el color del cielo. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar las fiestas del Señor; Navidad y Pascua, las grandes estaciones del Señor; y los santos. No es que siempre se vea el blanco en la iglesia, porque si hay algo más espléndido, como el oro, se puede y se debe utilizar en su lugar. Al fin y al cabo, estamos de celebración.
En los primeros siglos todos los ornamentos eran blancos – el blanco de la pureza bautismal y de las túnicas que llevaban los ejércitos de los redimidos en el Apocalipsis, lavados de blanco en la sangre del Cordero. A medida que la Iglesia fue adquiriendo seguridad suficiente para poder planificar su liturgia, comenzó a utilizar el color para que nuestro sentido de la vista pudiera profundizar en nuestra experiencia de los misterios de la salvación, del mismo modo que el incienso recluta nuestro sentido del olfato y la música el del oído. A lo largo de los siglos se elaboraron diversos esquemas de color para las fiestas y las estaciones, y sólo en el siglo XIX se armonizaron en su forma actual.
Lectura de media mañana |
Jeremías 17:7-8 |
Bendición para el hombre que pone su confianza en el Señor, siendo el Señor su esperanza. Es como un árbol a la orilla del agua que echa sus raíces a la corriente: cuando llega el calor no siente alarma, su follaje permanece verde; no tiene preocupaciones en un año de sequía, y nunca deja de dar fruto.
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Lectura de mediodía |
Proverbios 3:13-15 |
Feliz el hombre que descubre la sabiduría, el hombre que adquiere discernimiento: ganarla es más gratificante que la plata, más provechoso que el oro. Ella es más allá del precio de las perlas, nada que puedas codiciar la iguala.
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Lectura de la tarde |
Job 5:17-18 |
¡Feliz en verdad el hombre a quien Dios corrige! No rechaces, pues, esta lección del Omnipotente: porque el que hiere es el que alivia la llaga, y la mano que hiere es la mano que cura. Dichoso el hombre a quien Dios corrige.
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