Año: C(I). Semana del salmo: 3. Color litúrgico: Verde.
Otros santos: Beata Josefa Girbes (1820-1893)
24 feb (donde se celebra)
Josepha Naval Girbés nació en Algemes en la archidiócesis de Valencia, España, el 11 de diciembre de 1820. Muy joven se consagró al Señor con voto perpetuo de castidad. La vida de Josefa fue sencilla. Destacó por su ardiente amor y progresó en el camino de la oración y de la perfección evangélica, al tiempo que se dedicaba generosamente a las obras apostólicas en su comunidad parroquial. En su propia casa abrió una escuela donde enseñaba bordado, oración y virtudes evangélicas. Formó a muchas jóvenes y compartió con ellas su sabiduría y comprensión espiritual. Era miembro de la Tercera Orden Seglar de Nuestra Señora del Carmen y de Santa Teresa de Jesús, y sentía un amor especial por la Virgen Madre de Dios. Su santa muerte tuvo lugar el 24 de febrero de 1893. Está enterrada en su iglesia parroquial de Santiago en su ciudad natal.
Breviario de las Carmelitas |
Otros santos: Beato Constancio de Fabriano OP ( - 1481)
24 feb (donde se celebra)
Fraile y sacerdote dominico.
Nacido en Fabriano a principios del siglo XV, el beato Constancio recibió el hábito dominicano a los quince años. Destacó por su vida austera y orante, así como por sus esfuerzos en la promoción de la paz. Como prior de Fabriano, Perugia y Ascoli, se esforzó por restablecer la vida regular. Murió en Ascoli el 24 de febrero de 1481.
Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:
Segunda Lectura: San Gregorio de Nisa (335 - 395)
Gregorio de Nisa era el hermano menor de san Basilio de Cesarea (“San Basilio el Grande”). Él, Basilio y Gregorio Nacianceno, “Gregorio de Nacianzo”, son conocidos como los Padres Capadocios. Estuvieron activos después del Concilio de Nicea, trabajando en la formulación de la doctrina trinitaria. Basilio fue el líder y organizador; Gregorio de Nacianzo fue el pensador, el orador, el poeta, empujado a funciones administrativas y episcopales por las circunstancias y por Basilio. Basilio era el líder y organizador; Gregorio Nacianceno era el pensador, el orador, el poeta, empujado a funciones administrativas y episcopales por las circunstancias y por Basilio; y Gregorio de Nisa, aunque no era un gran estilista, era el más dotado de los tres como filósofo y teólogo. Juntos, los Padres Capadocios martillearon la doctrina de la Trinidad como herreros que forjan una pieza de metal a golpes de martillo hasta darle la forma perfecta y destinada. Fueron los campeones – y exitosos campeones – de la ortodoxia contra el arrianismo, una batalla que tuvo que librarse tanto en el plano mundano y político como en el filosófico y teológico.
Las obras de Gregorio de Nisa cuyos extractos aparecen como Segundas Lecturas no son tan bellas retóricamente como las de Gregorio Nacianceno, que fue un orador aclamado; pero son útiles y claras. La mayoría son comentarios sobre pasajes de la Escritura. Involucran a la mente y profundizan el entendimiento.
Color litúrgico: verde
La virtud teologal de la esperanza está simbolizada por el color verde, al igual que el fuego ardiente del amor está simbolizado por el rojo. El verde es el color de las cosas que crecen, y la esperanza, como ellas, es siempre nueva y siempre fresca. Litúrgicamente, el verde es el color del Tiempo Ordinario, la secuencia ordenada de semanas a lo largo del año, una estación en la que no somos ni penitentes (de púrpura) ni alegres (de blanco).
Lectura de media mañana |
2 Corintios 13:11 |
Hermanos, estad alegres. Tratad de perfeccionaros; ayudaos unos a otros. Manteneos unidos; vivid en paz, y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
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Lectura de mediodía |
Romanos 6:22 |
Ahora habéis sido liberados del pecado, habéis sido hechos esclavos de Dios, y obtenéis una recompensa que conduce a vuestra santificación y termina en la vida eterna.
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Lectura de la tarde |
Colosenses 1:21-22 |
Hace poco tiempo, erais extranjeros y enemigos, por vuestra manera de pensar y por las cosas malas que hacíais; pero ahora él os ha reconciliado, por su muerte y en ese cuerpo mortal. Ahora podéis presentaros ante él santos, puros e irreprochables.
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