Año: C(I). Semana del salmo: 1. Color litúrgico: Blanco.
San Pío de Pietrelcina (1887-1968)
Nació en el pequeño pueblo de Pietrelcina, en el sur de Italia, e ingresó en los frailes capuchinos a los 16 años. Siete años más tarde se hizo sacerdote y pasó cincuenta años en el monasterio de San Giovanni Rotondo, donde fue muy solicitado como consejero espiritual, confesor e intercesor. Durante su vida se le atribuyeron popularmente numerosos milagros. Murió pocos días después de cumplirse el quincuagésimo aniversario de que recibiera los estigmas, y más de 100.000 personas asistieron a su funeral.
Otros santos: San Adomán de Iona (627/8 - 704)
Irlanda
(Su nombre se escribe Adamnan o Adomnan y anglicismo Eunan). Fue educado por los monjes Columbanos de su lugar natal, convirtiéndose posteriormente en novicio en Iona en 650. En 679 accedió a la abadía de Iona, cargo que ocupó hasta su muerte. También fue presidente general de todas las casas colombinas de Irlanda. Durante su reinado realizó tres largas visitas a Irlanda, una de las cuales es memorable por su éxito en la introducción de la datación romana y la celebración de la Pascua. En su tercera visita (697) asistió al Sínodo de Tara, cuando se adoptó el Cain Adamnain, o Canon de Adamnan (la “Ley de los Inocentes”), que liberaba a mujeres y niños de los males inseparables de la guerra, prohibiendo que fueran asesinados o hechos cautivos en tiempos de contienda. Es famoso por su Vida de San Columba, escrita algún tiempo después de 688, que ha sido elogiada como la mejor y más completa biografía escrita en Europa desde hace muchos siglos.
Color litúrgico: blanco
El blanco es el color del cielo. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar las fiestas del Señor; Navidad y Pascua, las grandes estaciones del Señor; y los santos. No es que siempre se vea el blanco en la iglesia, porque si hay algo más espléndido, como el oro, se puede y se debe utilizar en su lugar. Al fin y al cabo, estamos de celebración.
En los primeros siglos todos los ornamentos eran blancos – el blanco de la pureza bautismal y de las túnicas usadas por los ejércitos de los redimidos en el Apocalipsis, blanqueados en la sangre del Cordero. A medida que la Iglesia fue adquiriendo seguridad suficiente para poder planificar su liturgia, empezó a utilizar el color para que nuestro sentido de la vista pudiera profundizar nuestra experiencia de los misterios de la salvación, del mismo modo que el incienso recluta nuestro sentido del olfato y la música el del oído. A lo largo de los siglos se elaboraron diversos esquemas de color para las fiestas y las estaciones, y sólo en el siglo XIX se armonizaron en su forma actual.
Lectura de media mañana |
Jeremías 17:7-8 |
Bendición para el hombre que pone su confianza en el Señor, siendo el Señor su esperanza. Es como un árbol a la orilla del agua que echa sus raíces a la corriente: cuando llega el calor no siente alarma, su follaje permanece verde; no tiene preocupaciones en un año de sequía, y nunca deja de dar fruto.
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Lectura de mediodía |
Proverbios 3:13-15 |
Feliz el hombre que descubre la sabiduría, el hombre que adquiere discernimiento: ganarla es más gratificante que la plata, más provechoso que el oro. Ella está más allá del precio de las perlas, nada que puedas codiciar es igual a ella.
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Lectura de la tarde |
Trabajo 5:17-18 |
¡Feliz en verdad el hombre a quien Dios corrige! No rechaces, pues, esta lección del Omnipotente: porque el que hiere es el que alivia la llaga, y la mano que hiere es la mano que cura. Dichoso el hombre a quien Dios corrige.
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