Año: C(I). Semana del salmo: 4. Color litúrgico: Verde.
San Lorenzo de Brindisi (1559 - 1619)
Nació en Brindisi, ingresó en los frailes capuchinos y estudió en la Universidad de Padua, donde aprendió varias lenguas (entre ellas latín, griego, hebreo, siríaco, francés y alemán) y adquirió un profundo conocimiento de la Biblia.
Su principal vocación fue la predicación. Predicó por toda Europa, no sólo a los católicos, sino también a los protestantes (por su conocimiento de las Escrituras) y a los judíos (por su conocimiento del hebreo). Escribió muchos sermones, comentarios y obras de controversia en apoyo de esta vocación.
Sus dotes administrativas le llevaron a desempeñar varios altos cargos administrativos en la orden capuchina. También se le confiaron numerosas e importantes misiones diplomáticas. En una de ellas, no sólo convenció a los príncipes alemanes para que ayudaran a defender Hungría de los turcos invasores, sino que condujo a sus tropas a la batalla, armado únicamente con un crucifijo. Cuando murió en Lisboa, se hallaba en otra delicada misión: defender la causa del oprimido pueblo de Nápoles ante el rey Felipe III de España.
Para Lorenzo de Brindisi, predicar fue la tarea más importante de su vida; pero se preocupó de que su predicación estuviera respaldada por una sólida erudición, de modo que pudiera predicar a y no a su público. Cuidemos de que nuestro apostolado esté igualmente bien fundado.
Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:
Segunda Lectura: San Ignacio de Antioquía (- 107)
Fue el segundo obispo de Antioquía después de san Pedro (el primero fue Evodio). Fue arrestado (algunos autores creen que debió ser denunciado por un compañero cristiano), condenado a muerte y transportado a Roma para ser arrojado a las fieras en la arena. En una de sus cartas describe a los soldados que le escoltaban como “diez leopardos, que cuando se les trata amablemente sólo se comportan peor.”
En el transcurso de su viaje escribió siete cartas a diversas iglesias, en las que trata sabia y profundamente de Cristo, de la organización de la Iglesia y de la vida cristiana. Son documentos importantes para la historia primitiva de la Iglesia, y también revelan a un hombre profundamente santo que acepta su destino y ruega a los cristianos de Roma que no intenten privarle de la corona del martirio.
Fue martirizado en 107.
Color litúrgico: verde
La virtud teologal de la esperanza está simbolizada por el color verde, al igual que el fuego ardiente del amor está simbolizado por el rojo. El verde es el color de las cosas que crecen, y la esperanza, como ellas, es siempre nueva y siempre fresca. Litúrgicamente, el verde es el color del Tiempo Ordinario, la secuencia ordenada de semanas a lo largo del año, una estación en la que no somos ni penitentes (de púrpura) ni alegres (de blanco).
Lectura de media mañana |
Levitico 20:26 |
Sed consagrados a mí, porque yo, el Señor, soy santo, y os apartaré de todos estos pueblos para que seáis míos.
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Lectura de mediodía |
Sabiduría 15:1,3 |
Tú, Dios nuestro, eres bondadoso, leal y lento a la cólera, y gobiernas todas las cosas con misericordia. Reconocerte es ciertamente la virtud perfecta, conocer tu poder es la raíz de la inmortalidad.
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Lectura de la tarde |
Baruc 4:21-22 |
Ánimo, hijos míos, invocad a Dios: él os librará de la tiranía, de las manos de vuestros enemigos; porque yo miro al Eterno para vuestro rescate, y me ha llegado la alegría del Santo por la misericordia que pronto os llegará de vuestro salvador, el Eterno.
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