Año: C(I). Semana del salmo: 2. Color litúrgico: Rojo.
Año: C(I). Semana del salmo: 2. Color litúrgico: Rojo.
Santa Inés (- 304)
Como sucede con muchos de los primeros mártires romanos, se sabe muy poco de la vida de Inés. En parte, esto se debe a que los detalles han quedado oscurecidos por la luz que brilla de su martirio y el culto que inspiró, y en parte porque si te martirizan a los 12 años, tu vida en realidad no ha adquirido muchos detalles en cualquier caso. Inés se llenó de amor a Dios desde muy joven, hizo voto de celibato y, cuando se le presentó la oportunidad del martirio, no se escondió, sino que dio un paso al frente y la aprovechó.
Eso es realmente todo lo que se sabe: pero es suficiente. Nosotros, que estamos acostumbrados a transigir con el mundo a cada paso, y encontraríamos excusas para evitar cualquier inconveniente que nuestra fe pudiera causarnos, por no hablar del martirio (“sí, claro que moriría por mi fe en principio, pero ¿no’podría hacer más bien a largo plazo si siguiera vivo justo ahora?), deberían admirar la sencilla sabiduría de Agnes, darse cuenta de que hay momentos en los que el compromiso y la ambigüedad moral no sirven, y rezar para tener la fuerza de estar a la altura de esos momentos cuando sucedan. Véase el artículo en Wikipedia.
Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:
Segunda Lectura: San Ambrosio de Milán (340? - 397)
Ambrosio nació en Tréveris (hoy en Alemania) entre 337 y 340, en el seno de una familia romana: su padre era prefecto pretoriano de la Galia. Ambrosio fue educado en Roma y se embarcó en el cursus honorum estándar de los abogados y administradores romanos, en Sirmium, la capital de Iliria. Hacia 372 fue nombrado prefecto de Liguria y Emilia, cuya capital era Milán.
En 374 el obispado de Milán quedó vacante y cuando Ambrosio intentó apaciguar el conflicto entre católicos y arrianos por el nombramiento de un nuevo obispo, el pueblo se volvió contra él y le exigió que se convirtiera él mismo en obispo. Era laico y aún no estaba bautizado (en aquella época era habitual retrasar el bautismo y permanecer años como catecúmenos), pero eso no sirvió de defensa. Coaccionado por el pueblo y por el emperador, fue bautizado, ordenado e instalado como obispo en el plazo de una semana, el 7 de diciembre de 374.
Inmediatamente donó su dinero a los pobres y sus tierras a la Iglesia y se puso a aprender teología. Tenía la ventaja de saber griego, cosa que poca gente hacía en aquella época, y así pudo leer a los teólogos y filósofos orientales, así como a los occidentales.
Fue asiduo en el desempeño de su cargo, actuando con caridad hacia todos: un verdadero pastor y maestro de fieles. No le impresionaba el estatus y cuando el emperador Teodosio ordenó la masacre de 7.000 personas en Tesalónica, Ambrosio le obligó a hacer penitencia pública. Defendió los derechos de la Iglesia y atacó la herejía arriana con erudición, firmeza y dulzura. También escribió una serie de himnos que aún se utilizan hoy en día.
Ambrosio fue una figura clave en la conversión de san Agustín al catolicismo, impresionando a Agustín (hasta entonces poco impresionado por los católicos que había conocido) por su inteligencia y erudición. Murió el Sábado Santo, el 4 de abril de 397.
Color litúrgico: rojo
El rojo es el color del fuego y de la sangre. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar el fuego del Espíritu Santo (por ejemplo, en Pentecostés) y la sangre de los mártires.
Lectura de media mañana
1 Corintios 12:4-6
Hay variedad de dones, pero siempre el mismo Espíritu; hay toda clase de servicio que hacer, pero siempre al mismo Señor; obrando de toda clase de maneras diferentes en diferentes personas, es el mismo Dios quien está obrando en todas ellas.
Lectura de mediodía
1 Corintios 12:12-13
Así como el cuerpo humano, aunque se compone de muchas partes, es una sola unidad porque todas estas partes, aunque muchas, forman un solo cuerpo, lo mismo sucede con Cristo. En un solo Espíritu fuimos bautizados todos, tanto judíos como griegos, tanto esclavos como ciudadanos, y a todos se nos dio un mismo Espíritu para beber.
Lectura de la tarde
1 Corintios 12:24,25-26
Dios ha dispuesto el cuerpo y que no haya desacuerdos dentro del cuerpo, sino que cada parte se preocupe igualmente por todas las demás. Si una parte es herida, todas las partes son heridas con ella. Si una parte recibe un honor especial, todas las partes lo disfrutan.