Catholic Calendar 17 Enero 2025

Viernes
Año: C(I). Semana de salmos: 1. Color litúrgico: Blanco.

Año: C(I). Semana del salmo: 1. Color litúrgico: Blanco.

San Antonio, abad (251 - 356)

San Antonio es el iniciador de la vida monástica. Nació en Egipto: cuando murieron sus padres, escuchó las palabras del Evangelio y dio todas sus pertenencias a los pobres. Se fue al desierto para comenzar una vida de penitencia, viviendo en absoluta pobreza, rezando, meditando y manteniéndose con trabajos manuales. Sufrió muchas tentaciones, tanto físicas como espirituales, pero las superó. Los discípulos se reunieron a su alrededor, atraídos por su sabiduría, moderación y santidad. Apoyó a las víctimas de las persecuciones de Diocleciano y ayudó a San Atanasio en su lucha contra los arrianos. Vivió más de cien años y murió en 356.
  Los Evangelios están llenos de sabios dichos de Jesús que parecen ser ignorados, y uno de los más conmovedores fue en su encuentro con aquel joven que preguntaba una y otra vez, insistentemente, “¿Qué debo hacer para tener vida eterna?”. Cuando, al final, Jesús le dijo que si quería ser perfecto tendría que vender todo lo que tenía y dar el dinero a los pobres, el joven se marchó, apenado; porque era muy rico. ¿Qué puede haber más desperdicio que eso? Le dices a alguien lo que tiene que hacer, y tiene miedo de hacerlo. Y sin embargo... 250 años después, San Antonio escucha la historia, y da todo lo que tiene, y se convierte en el fundador del monasticismo. Y de nuevo, más de 1.000 años después, San Francisco de Asís escucha la historia, regala sus posesiones (y algunas de las de su padre) y revoluciona de nuevo el cristianismo.
  No todas las palabras que pronunciamos se olvidan, aunque nosotros mismos no podamos ver sus efectos. Recemos para que esos efectos desconocidos sean siempre buenos.

Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:

Segunda Lectura: San Atanasio (295 - 373)

Atasio nació en Alejandría. Asistió al obispo Alejandro en el Concilio de Nicea, y más tarde le sucedió como obispo. Luchó denodadamente contra el arrianismo durante toda su vida, padeciendo muchos sufrimientos y pasando una un total de 17 años en el exilio. Escribió obras excepcionales para explicar y defender la ortodoxia.
  Los asuntos en disputa con los arrianos eran vitales para la naturaleza misma del cristianismo; y, como dijo el cardenal Newman, el problema era que en aquella época los laicos tendían a ser campeones de la ortodoxia mientras que sus obispos (seducidos por la cercanía al poder imperial) tendían a no serlo. El problema adicional (añade Henry Chadwick) es que todo el asunto se enredó con cuestiones de poder, organización y autoridad, y con diferencias culturales entre Oriente y Occidente. Atanasio fue acusado de traición y asesinato, malversación y sacrilegio. En la lucha contra él, cualquier arma valía.
  El arrianismo enseñaba que el Hijo fue creado por el Padre y de ninguna manera igual a él. Este era en muchos sentidos un enfoque “más puro” y más “espiritual” de la religión, ya que no obligaba a Dios a someterse a la indigna experiencia de estar hecho de carne. El Islam es esencialmente arriano. Pero el arrianismo deja una brecha infinita entre Dios y el hombre, y en última instancia destruye el Evangelio, dejándolo como una falsificación o como una cruel parodia. Sólo siendo ortodoxos e insistiendo en la identidad de las naturalezas del Padre y del Hijo y del Espíritu podemos comprender verdaderamente la bondad de la creación y el amor de Dios, y vivir de acuerdo con ellos. Por esta razón, muchos extractos de las obras de San Atanasio han sido adoptados como segundas lecturas en el Oficio de Lecturas.

Color litúrgico: blanco

El blanco es el color del cielo. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar las fiestas del Señor; Navidad y Pascua, las grandes estaciones del Señor; y los santos. No es que siempre se vea el blanco en la iglesia, porque si hay algo más espléndido, como el oro, se puede y se debe utilizar en su lugar. Al fin y al cabo, estamos de celebración.
  En los primeros siglos todos los ornamentos eran blancos – el blanco de la pureza bautismal y de las túnicas que llevaban los ejércitos de los redimidos en el Apocalipsis, lavados de blanco en la sangre del Cordero. A medida que la Iglesia fue adquiriendo seguridad suficiente para poder planificar su liturgia, empezó a utilizar el color para que nuestro sentido de la vista pudiera profundizar en nuestra experiencia de los misterios de la salvación, al igual que el incienso recluta nuestro sentido del olfato y la música el del oído. A lo largo de los siglos, se elaboraron diversos esquemas de colores para las fiestas y las estaciones, y sólo en el siglo XIX se armonizaron en su forma actual.

Lectura de media mañana Filipenses 2:2-4
Estad unidos en vuestras convicciones y unidos en vuestro amor, con un mismo propósito y una misma mente. No debe haber competencia entre vosotros, ni engreimiento, sino que todos deben ser humildes. Considerad siempre al otro como mejor que vosotros mismos, de modo que nadie piense primero en sus propios intereses, sino que todos penséis en los intereses de los demás.

Lectura de mediodía 2 Corintios 13:4
Fue crucificado por debilidad, pero aún vive ahora por el poder de Dios. Así, pues, nosotros somos débiles, como él, pero viviremos con él, por el poder de Dios, para vuestro beneficio.

Lectura de la tarde Colosenses 3:12-13
Ustedes son la raza elegida de Dios, sus santos; él los ama, y ustedes deben revestirse de compasión sincera, de bondad y humildad, mansedumbre y paciencia. Soportaos los unos a los otros; perdonaos en cuanto empiece una disputa. El Señor os ha perdonado; ahora vosotros debéis hacer lo mismo.