Catholic Calendar 08 Diciembre 2025

Lunes
Año: A(II). Semana del salmo: 2. Color litúrgico: Blanco.

Año: A(II). Semana del salmo: 2. Color litúrgico: Blanco.

Fiesta de la Inmaculada Concepción

La doctrina de la Inmaculada Concepción es la doctrina según la cual la Virgen María fue concebida sin pecado original, ese giro de nuestra naturaleza que hace que nuestra voluntad tienda a no seguir lo que sabe que es correcto. Fue esta gracia la que permitió a María dar un verdadero y ponderado “Sí” a la petición, transmitida por el ángel Gabriel, de que consintiera en ser la madre del Dios encarnado.
  Por ser tan antigua, ésta es una de las doctrinas marianas que el Islam comparte con la Iglesia católica, aunque por supuesto los detalles teológicos son muy diferentes. ‘En un famoso Hadith atribuido al Profeta, se afirma que: “Todo niño es tocado por el demonio nada más nacer y este contacto le hace llorar. Se exceptúan María y su Hijo”. De este Hadith y de los versículos 35-37 de la Sura III, los comentaristas musulmanes han deducido y afirmado el principio de la pureza original de María’ (Giancarlo Finazzo. L’Osservatore Romano, 13 de abril de 1978). El texto completo del artículo se encuentra aquí.
  La doctrina de la Inmaculada Concepción fue creída casi universalmente a lo largo de los siglos, pero sólo fue definida formalmente como doctrina de la Iglesia por el Papa Pío IX en 1854.

Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:

Segunda Lectura: San Anselmo (1033 - 1109)

Anselmo nació en Aosta, en el norte de Italia, y se hizo monje de Bec, en Normandía, donde enseñó teología y se dedicó a la vida espiritual. Tras algunos años como abad, sucedió a su maestro Lanfranco como arzobispo de Canterbury. Sus agrias disputas con los reyes de Inglaterra sobre la independencia de la Iglesia le valieron el exilio en dos ocasiones. Murió en Canterbury el 21 de abril de 1109. Se le recuerda por su saber teológico y sus escritos, y por organizar y reformar la vida eclesiástica en Inglaterra.

Litúrgico color: blanco

El blanco es el color del cielo. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar las fiestas del Señor; Navidad y Pascua, las grandes estaciones del Señor; y los santos. No es que siempre se vea el blanco en la iglesia, porque si hay algo más espléndido, como el oro, se puede y se debe utilizar en su lugar. Al fin y al cabo, estamos de celebración.
  En los primeros siglos todos los ornamentos eran blancos – el blanco de la pureza bautismal y de las túnicas que llevaban los ejércitos de los redimidos en el Apocalipsis, lavados de blanco en la sangre del Cordero. A medida que la Iglesia fue adquiriendo seguridad suficiente para poder planificar su liturgia, comenzó a utilizar el color para que nuestro sentido de la vista pudiera profundizar en nuestra experiencia de los misterios de la salvación, del mismo modo que el incienso recluta nuestro sentido del olfato y la música el del oído. A lo largo de los siglos se elaboraron diversos esquemas de color para las fiestas y las estaciones, y sólo en el siglo XIX se armonizaron en su forma actual.
Lectura de media mañana Efesios 1:4
Antes de que el mundo fuera, él nos eligió: nos eligió en Cristo, para que fuéramos santos y sin mancha, y para que viviéramos por amor en su presencia.

Lectura de mediodía (Efesios 1:10-12)
Es en Cristo que fuimos reclamados como propiedad de Dios, bajo el plan predeterminado de aquel que guía todas las cosas como él decide por su propia voluntad; fuimos elegidos para su mayor gloria.

Lectura de la tarde (Efesios 5:25-27)
Cristo amó a la Iglesia y se sacrificó por ella para hacerla santa, a fin de que cuando la tomara para sí fuera gloriosa, sin mácula ni arruga ni nada parecido, sino santa e intachable.