Año: A(II). Semana del salmo: 1. Color litúrgico: Blanco.
San Francisco Javier (1506 - 1552)
Nació en el País Vasco en 1506. Conoció a Ignacio de Loyola cuando era estudiante en París, y fue ordenado sacerdote en 1537. En 1541, el Papa le envió en misión a la India, y pasó el resto de su vida en Oriente, predicando el Evangelio en Goa y Malaca. Consiguió muchos conversos y luchó contra la explotación de la población nativa por los europeos. Pasó dos años en una exitosa misión en Japón, en la que sentó las bases de muchas comunidades cristianas; y en 1552, tras entrar en China en secreto para predicar allí el Evangelio, murió de fiebre y agotamiento en la isla china de Shangchwan.
Color litúrgico: blanco
El blanco es el color del cielo. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar las fiestas del Señor; Navidad y Pascua, las grandes estaciones del Señor; y los santos. No es que siempre se vea el blanco en la iglesia, porque si hay algo más espléndido, como el oro, se puede y se debe utilizar en su lugar. Al fin y al cabo, estamos de celebración.
En los primeros siglos todos los ornamentos eran blancos – el blanco de la pureza bautismal y de las túnicas que llevaban los ejércitos de los redimidos en el Apocalipsis, lavados de blanco en la sangre del Cordero. A medida que la Iglesia fue adquiriendo seguridad suficiente para poder planificar su liturgia, comenzó a utilizar el color para que nuestro sentido de la vista pudiera profundizar en nuestra experiencia de los misterios de la salvación, del mismo modo que el incienso recluta nuestro sentido del olfato y la música el del oído. A lo largo de los siglos se elaboraron diversos esquemas de color para las fiestas y las estaciones, y sólo en el siglo XIX se armonizaron en su forma actual.
| Lectura de media mañana |
Isaías 2:11 |
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El orgullo humano bajará sus ojos, la arrogancia de los hombres será humillada. Sólo el Señor será exaltado, en aquel día.
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| Lectura de mediodía |
Isaías 12:2 |
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Vean ahora, él es el Dios de mi salvación. Ahora tengo confianza y no temo, porque el Señor es mi fortaleza, mi canción, él es mi salvación.
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| Lectura de la tarde |
Daniel 9:19 |
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¡Escucha, Señor! Señor, ¡perdona! ¡Escucha, Señor, y actúa! Por ti, Dios mío, no tardes, porque llevan tu nombre, ésta es tu ciudad, éste es tu pueblo.
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