Año: C(I). Semana del salmo: 1. Color litúrgico: Blanco.
La Presentación de la Santísima Virgen María
En unidad con el cristianismo oriental, y conmemorando la dedicación en 543 de la Nueva Basílica de Santa María, construida junto al Templo de Jerusalén, esta fiesta celebra la “entrega”de María a Dios desde su infancia, inspirada por el Espíritu Santo, cuya gracia la había llenado desde su inmaculada concepción.
Sobre el autor de la Segunda Lectura del Oficio de Lecturas de hoy:
Segunda Lectura: San Agustín de Hipona (354 - 430)
Agustín nació en Thagaste, en África, de una familia bereber. Fue educado cristianamente, pero abandonó pronto la Iglesia y pasó mucho tiempo buscando seriamente la verdad, primero en la herejía maniquea, que abandonó al ver lo disparatada que era, y luego en el neoplatonismo, hasta que al final, gracias a las oraciones de su madre y a las enseñanzas de san Ambrosio de Milán, se convirtió de nuevo al cristianismo y fue bautizado en 387, poco antes de la muerte de su madre.
Agustín de Hipona.
Agustín tuvo una brillante carrera jurídica y académica, pero tras su conversión regresó a su hogar en África y llevó una vida ascética. Fue elegido obispo de Hipona y pasó 34 años cuidando de su rebaño, enseñándoles, fortaleciéndoles en la fe y protegiéndoles enérgicamente contra los errores de la época. Escribió muchísimo y dejó una huella permanente tanto en la filosofía como en la teología. Sus Confesiones, tan deslumbrantes en estilo como profundas en contenido, son un hito de la literatura universal. Las segundas lecturas del Oficio de Lecturas contienen extractos de muchos de sus sermones y comentarios y también de las Confesiones.
Color litúrgico: blanco
El blanco es el color del cielo. Litúrgicamente, se utiliza para celebrar las fiestas del Señor; Navidad y Pascua, las grandes estaciones del Señor; y los santos. No es que siempre se vea el blanco en la iglesia, porque si hay algo más espléndido, como el oro, se puede y se debe utilizar en su lugar. Al fin y al cabo, estamos de celebración.
class="pi"> En los primeros siglos todas las vestiduras eran blancas – el blanco de la pureza bautismal y de las túnicas que llevaban los ejércitos de los redimidos en el Apocalipsis, lavados de blanco en la sangre del Cordero. A medida que la Iglesia fue adquiriendo seguridad suficiente para poder planificar su liturgia, comenzó a utilizar el color para que nuestro sentido de la vista pudiera profundizar en nuestra experiencia de los misterios de la salvación, del mismo modo que el incienso recluta nuestro sentido del olfato y la música el del oído. A lo largo de los siglos se elaboraron diversos esquemas de color para las fiestas y las estaciones, y sólo en el siglo XIX se armonizaron en su forma actual.
| Lectura de media mañana |
Filipenses 2:2-4 |
|
Estad unidos en vuestras convicciones y unidos en vuestro amor, con un mismo propósito y una misma mente. No debe haber competencia entre vosotros, ni engreimiento, sino que todos deben ser humildes. Considerad siempre al otro como mejor que vosotros mismos, de modo que nadie piense primero en sus propios intereses, sino que todos penséis en los intereses de los demás.
|
| Lectura de mediodía |
2 Corintios 13:4 |
|
Fue crucificado por debilidad, pero aún vive ahora por el poder de Dios. Así, pues, nosotros somos débiles, como él, pero viviremos con él, por el poder de Dios, para vuestro beneficio.
|
| Lectura de la tarde |
Colosenses 3:12-13 |
|
Ustedes son la raza elegida de Dios, sus santos; él los ama, y ustedes deben revestirse de compasión sincera, de bondad y humildad, mansedumbre y paciencia. Soportaos los unos a los otros; perdonaos en cuanto empiece una disputa. El Señor os ha perdonado; ahora vosotros debéis hacer lo mismo.
|